Contratos mercantiles: riesgos de la utilización por las empresas de la inteligencia artificial

En la era digital actual, el uso de la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un factor clave para la competitividad de las empresas. En este sentido, la IA permite optimizar los flujos de producción, agilizar labores monótonas e incrementar la productividad de los trabajadores. En el contexto del derecho mercantil, estos sistemas pueden facilitar el análisis de condiciones contractuales e incluso la redacción de contratos. Sin embargo, es esencial que las empresas sean conscientes de que, si bien la IA ofrece claras ventajas, su aplicación en la preparación de contratos mercantiles y de las operaciones de carácter legal puede comportar riesgos significativos, que detallaremos a continuación: a) Posible pérdida de confidencialidad: En la redacción de contratos mercantiles, los sistemas de IA necesitan una gran cantidad de datos confidenciales como base para generar los modelos que le pedimos. Ello comporta el riesgo de que la información confidencial proporcionada sea tratada sin la autorización o garantías adecuadas, con la posibilidad de derivar en responsabilidades legales importantes para la empresa en caso de filtración de estos datos sensibles. b) Falta de precisión del lenguaje jurídico empleado por la IA: La IA puede no captar los matices legales y utilizar un lenguaje impreciso en su redacción, lo que puede dar lugar a cláusulas contractuales con distintas interpretaciones. En consecuencia, estas cláusulas mal formuladas pueden dejar a la empresa expuesta a mayores riesgos de litigios, al no proteger sus intereses ante cambios imprevistos, incumplimientos o daños imputables a la otra parte. c) Incumplimiento normativo: Sin una adecuada supervisión, los contratos generados por Inteligencia Artificial pueden no identificar correctamente la legislación aplicable a cada contrato concreto, o hacer referencia a leyes que ya no se encuentran vigentes. Este incumplimiento de las normativas legales específicas de cada jurisdicción puede exponer a la sociedad a posibles sanciones. d) Personalización limitada: Los contratos generados mediante IA suelen ser generales y pueden no ajustarse a las particularidades del acuerdo ni a los objetivos de negocio específicos de la empresa. Así, por ejemplo, al no incluir adecuadamente cláusulas de exclusividad, confidencialidad o protección de la propiedad intelectual, la empresa puede encontrarse en situaciones en las que terceros se beneficien injustamente de su tecnología o de su know-how. e) Desventajas en la negociación: Sin supervisión, los sistemas de IA pueden incluir términos desfavorables o ceder en aspectos importantes que un profesional experimentado habría considerado beneficiosos y cruciales para la empresa. Por ejemplo, es posible que los sistemas de IA no conozcan los estándares y prácticas habituales de un sector concreto. En resumen, dada la complejidad de los contratos y riesgos asociados al uso de la inteligencia artificial que se han expuesto, se recomienda que las empresas sigan contando con abogados profesionales para la supervisión y redacción de estos documentos. Si bien la inteligencia artificial puede ser una valiosa herramienta para agilizar determinados procesos, esta no puede sustituir la experiencia y el criterio de un experto legal en la redacción de documentos clave que pueden afectar a la estabilidad y al éxito de una sociedad. Para aquellas empresas que, pese a los riesgos, decidan utilizar herramientas de inteligencia artificial en la redacción de contratos, es especialmente importante que tengan en cuenta los problemas más comunes señalados en este artículo. ¿Necesita ayuda con la redacción, preparación y/o revisión de un contrato mercantil? Desde el Departamento Jurídico de PIMEC le podemos ayudar: https://www.pimec.org/ca/pimes-autonoms/serveis/assessoria-juridica.