01/06/2015
PIMEC pide medidas para impulsar el crecimiento de las pymes y garantizar el progreso económico del
El último informe del Observatorio de la PIMEC constata que el crecimiento de las empresas depende de cuatro grandes factores: existencia de oportunidades
Barcelona, 2 de junio de 2015. El crecimiento de las empresas depende de cuatro grandes factores: existencia de oportunidades de negocio, voluntad de crecimiento, capacidad para crecer y un entorno económico y normativo favorable. Así lo señala el último informe del Observatorio de la PIMEC “Dimensión de la pime catalana (2). Condicionantes del crecimiento empresarial y propuestas de actuación”, elaborado a partir de las conclusiones de la jornada “La PYME: ¿crecer para competir?” que PIMEC organizó el 14 de mayo.
El documento analiza los factores que condicionan la dimensión de las empresas y propone líneas de actuación para favorecer una mayor dimensión empresarial como herramienta para ganar competitividad y rentabilidad en las pymes.
El primer determinante de la dimensión empresarial es que haya una nueva necesidad del mercado, que se pueda acceder a nuevos mercados, que otras empresas se encuentren en una situación que favorezca una fusión, adquisición o colaboración, o que la empresa consiga alguna patente o alguna innovación que le proporcione ventaja. En definitiva, para crecer es necesario que se den oportunidades que el empresario se pueda plantear convertir en negocio.
Por otro lado, el empresario debe tener la voluntad de aprovechar las oportunidades de crecimiento. Un empresario que no esté dispuesto a ampliar el negocio o que sea excesivamente controlador, puede renunciar a crecer y desaprovechar oportunidades de negocio. El empresario que se proponga aprovecharlas tiene que estar dispuesto a asumir más riesgo, a delegar la toma de decisiones y a compartir el control de la empresa.
En tercer lugar, la empresa tiene que poseer la capacidad suficiente de competir en los nuevos mercados. En este sentido es vital que exista un liderazgo fuerte que capte y organice un capital humano de calidad y el capital necesario para disponer de ventajas tecnológicas o logísticas, capacidad de adaptarse al mercado y a los clientes, una alta calidad en los productos y otras fuentes de competitividad que lo distinguen del resto y que le permitan crecer.
Por último, es necesario que el entorno sea favorable y no impida el crecimiento de las empresas. La eliminación de trabas al crecimiento en los ámbitos laboral, fiscal, administrativo, y otros, es imprescindible para no frenar empresas que de otra manera crecerían. Por su parte, es necesario impulsar mecanismos de financiación diferentes del clásico bancario, la dotación de más recursos públicos a las políticas industriales y a la internacionalización para mejorar las capacidades competitivas de las empresas que se propongan crecer. La administración debería “pensar primero en pequeño” y establecer normas no tanto orientadas a preservar la dimensión como a impulsar el crecimiento.