Discurso del Presidente de PIMEC
17/07/2016

Discurso del Presidente de PIMEC

Josep González repasa los temas de actualidad durante la 29ª edición de los Premios Pymes.
Muy Honorable President, Muy Ilustre Ministro de Andorra, Excelentísima Delegada del Gobierno, Excelentísima Alcaldesa de Barcelona, Honorables Consellers, Secretario General de la UpM, Ilustrísimos Alcaldes, Presidentes de la Fundación PIMEC y de PIMEC Joves, Presidente de Foment de Treball, Presidentes de Patronales de Andorra y Marruecos, autoridades, Señoras y senyores Quiero felicitar a las empresas galardonadas y a las que se han presentado, así como al Sr. Cèsar Molins, merecedor de la Medalla al Reconocimiento a la Excelencia Empresarial, distinción muy especial para nosotros y que homenajea a todos nuestros empresarios y empresarias. Este año volvemos a tener un muy buen nivel de empresas presentadas y buenos resultados. Se nota la mejora, que refleja la salida de la crisis y la recuperación de la economía real. En 2016 se mantiene la tendencia. Pese a los temores de la OCDE y del Banco de España, el posible ‘Brexit’ o el fracaso de las necesarias reformas estructurales en Francia, en PIMEC somos optimistas desde un crecimiento que ronda el 2,8. La economía funciona, a pesar de las grandes incertidumbres electorales y de la falta de capacidad para llegar a acuerdos. Toca ya gobernar. Un año perdido. Es necesario un gobierno sólido, que haga reformas y que transmita confianza a los ciudadanos y a los inversores. Creo que nunca sabremos cuántas inversiones se han parado o se han perdido debido a estas largas incertidumbres a pesar de que, en el caso de Catalunya, el buen nivel de inversiones que hemos tenido y tenemos permite ser optimista y no avalan las tesis que de vez en cuando se escuchan sobre la “fuga de empresas” de Catalunya por el proceso catalán. Para ser creíbles habría que conocer casos concretos, que no conocemos y, por lo tanto, más vale que no juguemos con estas afirmaciones que no ayudan en estos momentos ya de por sí tan complicados. Sí se pueden marchar por la alta fiscalidad catalana. Las multinacionales siempre tienen preparados planes de contingencias, pero para todo: por si se vende o no se vende, por si cambia la fiscalidad, por si hay que marchar a un país low cost, etc. Los empresarios tenemos el sentimiento de que el mundo político está alejado del mundo empresarial, tanto por estos largos procesos electorales sin consenso, como por las decisiones que en el día a día no se toman, lo que perjudica a nuestras empresas y a la economía. La imposibilidad de un consenso para aprobar los presupuestos en Catalunya es una muestra de ello y también lo es la no transposición por parte del gobierno central de la directiva para la Contratación Pública, que habría favorecido el acceso de las pymes a la contratación. Vivimos un capitalismo clientelar de los “amiguetes” (un cronycapitalism) que sigue siendo una realidad en muchos temas: la plataforma petrolera Castor que pagaremos entre todos, como también pagaremos las autopistas radiales de Madrid o los “Aves” deficitarios, en lugar de invertir en infraestructuras rentables como el Corredor Mediterráneo o cercanías, o en la ampliación de la C-17 o la B-40. Necesitamos un Estado que gestione los impuestos en beneficio de la población y de las empresas y no en beneficio de espabilados que acaban pasando por la puerta giratoria. Es necesario también gobernar para mejorar la formación. Tenemos un desfase importante entre la formación que necesitan las empresas y la que tienen las personas y, para ser concretos, sobran personas con formación superior y faltan muchas con FP. Existe una permanente falta de encaje entre la oferta y la demanda y esto es un serio aviso para los gobernantes y también para todos los padres y madres que tienen la opción de orientar la formación de sus hijos. Hoy, las oportunidades de trabajo se encuentran más en formaciones intermedias que en las superiores. Para ajustar estos desequilibrios, falta mejorar la dotación presupuestaria y falta también un observatorio permanente de las formaciones que el mercado del trabajo demanda. Hay que poner en marcha la Ley de la FP, que hace ya más de un año se aprobó enCatalunya. Las empresas deben hacer prevalecer, así mismo, la cualificación de las personas, aunque su coste sea algo más elevado. O bien optamos por la calidad o no saldremos adelante. Este año PIMEC se ha pronunciado a favor de revisar el salario mínimo interprofesional, la primera patronal en hacerlo. Es un tema polémico, pero no hemos querido rehuir estar presentes en este debate por responsabilidad. Pensamos que es una decisión que se puede tomar, por sensibilidad social y sin que afecte a la competitividad que hay que mantener, con consenso de las partes. Nuestro salario mínimo es bajo y tiene recorrido. También en materia laboral, creemos que es necesaria una revisión a fondo, y con consenso, del esquema de relaciones entre empresa y trabajador. Necesitamos unas nuevas relaciones, entre otros factores, en el ámbito de la contratación. Nosotros creemos, y coincidimos con el Banco de España, que se puede reducir mucho más la contratación temporal e incrementar más la fija si nos planteamos unas nuevas reglas más ágiles y menos costosas de regular las plantillas, de forma que los empresarios pierdan el miedo a contratar. También podemos reducir mucho el número de contratos y acercarnos al contrato único, que permita lo que en otros países se denomina “flexiseguridad”. La dualidadcontractual no se corresponde con lo que requiere el país para progresar. Falta valentía y voluntad política y de los agentes sociales. No menos importante es solucionar temas como el déficit público, grave problema, que todavía lo sería más si hubiera un incremento de los intereses. Habrá que regenerar las instituciones, abordar unas auténticas reformas fiscal y energética, así como promover realmente la industria, la innovación y el emprendimiento con orientación hacia el pequeño y mediano empresario y el autónomo, de forma que sean tratados y valorados como se merecen por su aportación principal a la economía y a la creación de puestos de trabajo. Porque el paro es nuestro principal problema que tenemos que solucionar, pero no con el incremento de funcionarios, como parece que está sucediendo. Los titulares de las campañas electorales deben cumplirse, con responsabilidad, como cualquier empresario o trabajador en su puesto de trabajo. Como penúltimo tema quería reivindicar el necesario papel de las organizaciones empresariales en nuestra sociedad. Si no estuvieran tendrían que inventarse, pero deberíamos hacerlo mejorando su gestión, transparencia y ética. Desgraciadamente nos rodean demasiados episodios de mala gestión y corrupción que, a pesar de estar centrados en un entorno muy concreto, nos afectan a todos, por aquello de que a veces se dice que “todos son iguales o todos hacen lo mismo”, cuando esto no es así. Hay que establecer mecanismos de transparencia y control en todas las organizaciones. La Ley de Transparencia, como idea y sin entrar a valorar todo su contenido, es oportuna y va en la buena dirección. Como bien saben, PIMEC ha sido auditada durante 25 años y dispone también de un estricto código ético interno, y estamos muy orgullosos de cómo llevamos las cosas. Nadie queda libre de las malas prácticas, pero es más difícil que estas se produzcan cuando existen mecanismos eficientes de control. Los organismos públicos también deben estar atentos a la hora de exigir una buena gestión y transparencia a todas aquellas entidades con las que colaboran. ¡Basta de impunidades! Por último, quería reiterar nuestra determinación, manifestada el pasado 10 de diciembre, de no emprender o repetir ningún otro intento de acuerdo, o del a veces mal llamado proceso de fusión patronal, que ponga en peligro los principios y los objetivos primordiales de PIMEC. Somos patronal de las pymes y creemos que un proceso de mezcla con cualquier representación de grandes empresas debilitaría la representación de nuestro tejido. No podríamos defender bien nuestras pymes si compartiésemos sensibilidades diferentes y de difícil acuerdo, por ejemplo, en materia de fiscalidad empresarial, de contratación pública, de los largos plazos de pago o con visiones diferentes sobre cómo gestionar nuestras entidades.No todas las patronales somos o tenemos que ser iguales. Esta no es una declaración de beligerancia. Nos encontrarán dispuestos a colaborar en todos aquellos temas de interés común empresarial. Un agradecimiento y reconocimiento al buen trabajo que lleva a cabo el personal de PIMEC, de la Fundación, de los Jóvenes Empresarios; sin más, querría agradecerles a todos su presencia y animarles a trabajar juntos – empresarios, políticos y ciudadanos– para que podamos dejar atrás la lacra de la crisis y afrontar un largo periodo de recuperación económica y progreso social.
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