23/04/2015
¿El sueño de todo empresario es el pleno empleo?
La empresaria Adriana Casademont cree que los jóvenes deben buscar su espacio, pero hay que darles »la posibilidad de creer que hay oportunidades en su p
Adriana Casademont es la segunda de seis hermanas y, seguramente por eso, y porque siempre estuvo muy cerca de su padre trabajando en la empresa familiar, heredó el negocio de fuets y charcutería a su muerte, hace diez años. »Mi misión en la vida es que la empresa, que ahora tiene 450 trabajadores, perdure»», asegura. La empresaria es madre de tres hijos, de los cuales sólo uno está en el grupo familiar, en el área comercial, mientras que los otros dos se ganan la vida lejos de casa, en Nueva York y Dublín. »La empresa debe ser propiedad de la familia, pero la gestión debe estar profesionalizada»», subraya.
Hace unos cuarenta años que usted trabaja en Casademont, un mirador privilegiado de los cambios que ha experimentado el mundo económico y empresarial catalán…
La Transición y la llegada de la democracia es, sin duda, el hecho más importante que he vivido como empresaria. La democracia permitió ordenar el país y que la ciudadanía ganara confianza y esperanza en el futuro, algo fundamental para un negocio centrado en el consumo como el nuestro. Después de esto yo destacaría la entrada en la UE, los Juegos Olímpicos de Barcelona y el posterior boom turístico y, ya últimamente, el desarrollo tecnológico que ha hecho posible una sociedad más accesible.
En estos años, el progreso del país ha sido impresionante, hasta el punto de que Cataluña se ha convertido en una de las áreas más dinámicas de la UE. ¿Le ha sorprendido?
A mí me ha sorprendido relativamente, porque creo mucho en nuestro país y en nuestra capacidad. Cataluña ya era entonces una sociedad emprendedora, trabajadora y ahorradora, y la democracia nos dio una gran oportunidad. Con este talante, junto con la reinversión de las ganancias, en estos años se han creado empresas prósperas y sectores punteros.
Sí, pero ahora tenemos problemas graves y uno de ellos, por ejemplo, es el elevado paro…
El sueño de cualquier empresario es que en su país, en su mercado, haya pleno empleo, para que así la gente consuma más. Y, de hecho, yo creo que el principal reto de nuestro país es conseguir un empleo estable y, por ello, me preocupa que cierre una empresa, porque se hace más difícil encontrar trabajo. En los últimos años se han reducido los costes laborales y se ha ganado flexibilidad, ambas cosas positivas, pero se debería dar más apoyo a los emprendedores para que la gente joven encuentre oportunidades aquí y, sobre todo, reducir la burocracia para hacer una administración más barata, ágil y flexible.
¿Los jóvenes tienen ahora menos oportunidades que hace cuarenta o cincuenta años?
Lo tienen más difícil si lo que quieren es salir de casa e ir a pie a trabajar en un empleo para toda la vida. Este modelo se ha agotado y ahora estamos en transición hacia otro, que es diferente. Salimos de una época muy buena, de 20 años de bonanza casi ininterrumpida, y en el mundo nunca se puede estar en una zona de confort. Tenemos una generación joven que está buscando su espacio, pero tienen talento, idiomas, no les da miedo salir…
No estamos, pues, ante una generación perdida…
Esto es precisamente lo que me preguntan mis hijos y yo les respondo que no, que son una generación que tiene que hacer su esfuerzo, como nosotros hicimos el nuestro. Yo era muy joven en la época de la Transición, pero si hubiera preguntado a la gente qué pasaría en el futuro, nadie me lo habría sabido contestar. Ahora estamos en otra etapa de cambio, pero a los jóvenes tenemos que darles la posibilidad de creer en su país, de creer que en su país hay oportunidades.
¿Y cuál es el papel del empresario en este modelo?
Se debe dar más valor al empresario y la industria, porque un país sabio tiene industria. La gran mayoría de empresarios catalanes son gente que con esfuerzo saca adelante su negocio, que paga impuestos y que, en definitiva, la mayor satisfacción que tiene es hacer crecer la empresa. Hay que acabar con los estereotipos que vinculan al empresario con una persona que sólo quiere ganar dinero, porque se arriesga y crea puestos de trabajo.
¿Cómo ve la empresa y la sociedad catalana dentro de diez años?
Mi misión en la vida es que la empresa perdure en un entorno complejo y cambiante. El poco espacio que me queda después de esto lo dedico a proyectos sociales, educativos, culturales… La sociedad catalana, de vivir tan bien, estaba en una nube y a mí me gustaría que encontrara su pleno juicio, su equilibrio.
BIOGRAFÍA
Adriana Casademont
Nacida en Girona en 1958, estudió ciencias empresariales y ciencias de la comunicación. Además de presidir la empresa familiar líder en la elaboración de fuet en el Estado, Adriana Casademont es miembro del patronato de la Fundació PIMEC y fundadora de la Fundació Grup Set y de FemCAT, entre otros.
Artículo de Benito Badrinas publicado originalmente en El PUNT AVUI el 29 de marzo de 2015.
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