El BPCIF anuncia una amplia e inminente revolución tecnológica en el control de plagas
22/05/2017

El BPCIF anuncia una amplia e inminente revolución tecnológica en el control de plagas

El Barcelona Pest Control Innovation Forum ha cerrado su tercera edición con la constatación de haber promovido un gran encuentro entre el mundo del contro
Barcelona, 23 de mayo de 2017. Quim Sendra, presidente de ADEPAP, indicó durante la clausura que “sólo la implicación plena de nuestras empresas con los nuevos conceptos tecnológicos puede llevarnos hacia el futuro”. Acto seguido agradeció a todos los participantes, organizadores y sponsors su compromiso y les emplazó a la próxima edición del BPCIF en 2019.  En esta edición el evento contó con tres patrocinadores principales (BASF, KILLGERM, MYLVA) un patrocinador tecnológico (IGEOERP Cloud Plattform) y tres adicionales (QUIMUNSA, BAYER, PESTNET). En sintonía con las palabras de Quim Sendra, Bertrand Montmoreau, presidente de CEPA (Confederation of European Pest Control Associations) despidió el congreso diciendo que “la innovación abre posibilidades infinitas a nuestro negocio”.  Durante dos días (29 y 30 de mayo) la industria del control de plagas ha entrado en contacto con la tecnología más puntera y ha podido vislumbrar, tal como apuntaron Quim Sendra y Bertrand Montmoreau, hasta qué punto el negocio tiene un enorme potencial de cambio para los próximos años. El presidente de CEPA recordó que la principal misión del sector seguirá siendo “proteger a las personas, sus hogares y su salud”. Por su parte el secretario de salud pública del departamento de la Salud de la Generalitat, Joan Guix, apuntó otro condicionante para el futuro del sector: “La globalización y el cambio climático están favoreciendo la presencia de nuevas especies y enfermedades en nuestros países”. Guix coincidió con Montmoreau en señalar la importancia de la innovación “para mejorar un control integral de plagas cada vez más necesario”.   Las claves de la innovación Joaquim Vilà, profesor de Dirección Estratégica en la escuela de negocios IESE de Barcelona ofreció, una clase magistral sobre la gestión y desarrollo de la innovación en las organizaciones.  Las posibilidades que ofrecen las tecnologías y de la información y la comunicación son múltiples, pero no se podrán materializar si no existe una cultura de la innovación bien implementada. Según Vilà, el sector del control de plagas también debe participar de esta cultura. Por ello, dio algunas claves para crear y gestionar la innovación que, en su opinión, “no está limitada a las grandes compañías”. De hecho, señaló que “muchas empresas pequeñas la están implementando y beneficiándose de ello”  La innovación debe fundamentarse “en los principios y valores que emergen del liderazgo”. El segundo elemento más importante después de crearlos es sostenerlos en el tiempo y esto se logra con “ambición, apoyo, confianza y compromiso con la disciplina”. El profesor Vilà recordó que la tecnología – gran protagonista del BPCIF- era importante en este contexto. Sin embargo, siguiendo los criterios del Design Thinking, afirmó que el punto esencial era “situar los problemas de los usuarios en el centro y entender qué es lo que nos están diciendo”. La innovación sólo puede avanzar “si se aborda desde un enfoque sistemático que nos permita detectar las demandas latentes y no cubiertas de los usuarios”. Para Vilà esto requiere de cualidades como la empatía, la capacidad de comprensión y estar abiertos “a nuevas ideas, aunque en ocasiones pueden parecer contraintuitivas”.    Detección cada vez más inteligente El primer workshop del Congreso, celebrado el día 29 de mayo, reunió a expertos en sensorización, robótica, e Industria 4.0. En sus respectivas presentaciones, dieron cuenta del state of the art de sus respectivas áreas de especialización en relación al control de plagas. Ezequiel Navarro, CEO del Grupo Premo y presidente de Farsens, habló sobre el papel de los nuevos sensores inalámbricos y sin baterías en este ámbito que “suponen una alternativa a la aplicación masiva de productos químicos ya que está no es suficientemente selectiva y tiene un impacto en el medio ambiente”. Estos dispositivos se basan en la tecnología RFID (Radio Frequency Identification) que permite que la información de un chip pueda ser leída remotamente sin contacto físicamente usando solamente la energía existente en el espectro electromagnético. “Con ello podemos montar donde queramos una red de sensores ubicua, sin cables, y a muy bajo coste, que nos permita por ejemplo monitorizar una invasión de termitas en una casa a tiempo real”. Alejandro A. Rosales, science and Technology manager de IRIS, expuso las aportaciones de la industria 4.0 a este terreno.  Este nuevo concepto tecnológico supone que las máquinas dejan de ser simples instrumentos de repetición de rutinas y pasan a “tomar decisiones” en función de parámetros cambiantes que son capaces de detectar. Rosales cito el ejemplo de una aplicación en el control de ratas que funciona con un sensor capaz de identificar la presencia del animal y enviar una dosis pequeña de vitamina D3, que es letal para el roedor en 57 horas con un 100% de eficacia. En este tipo de procesos interviene cada vez más la inteligencia artificial. Según el representante de IRIS, la gran revolución provendrá de los denominados modelos estocásticos basados en el procesamiento de una ingente cantidad de datos “que permiten conocer los vectores de propagación de una plaga y con ello establecer medidas preventivas y adaptativas”.   Robots que vigilan y actúan Pepa Sedó, jefa de la unidad de robótica y automatización de Eurecat, definió a los robots “como una herramienta muy útil en la detección y actuación contra las plagas porque son capaces de trabajar en medios hostiles o de difícil acceso”. Existen aplicaciones en distintas fases de desarrollo como: un dispositivo que monitoriza las cloacas y lo hace literalmente volando; un robot acuático que elimina las medusas cercanas a la playa; drones en forma de halcón que actúan cerca de los aeropuertos; o un robot-cucaracha que se infiltra en las comunidades de estos insectos y es capaz de llevar la comunidad entera de un lugar a otro. Otra aplicación en este caso en la agricultura es GRAPE (Ground Robot for vineyArd monitoring and ProtEction). Se trata de un robot semiautónomo dedicado al control biológico de las viñas de forma mecánica que ayuda a reducir los costes y además el impacto ambiental derivado del uso de pesticidas. Pepa Sedó aseguró que “la robótica evoluciona muy rápidamente y cada vez estará más preparada para ofrecer soluciones concretas a problemas reales”.   Química avanzada En el segundo workshop, también desarrollado el día 29 de mayo, se trataron dos aspectos bien diferenciados. El Internet de las cosas y los avances en química avanzada. Ramon Eritja y Ángel Guerrero, se centraron en el trabajo realizado en el ámbito de las plagas en el Instituto de Química Avanzada de Cataluña, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En concreto, Ángel Guerrero explicó cómo se podría inhibir la comunicación química de los insectos con el fin de controlar las poblaciones. El elemento clave es el uso de feromonas. Estas sustancias emitidas por los organismos están destinadas a provocar una reacción específica en otros organismos de la misma especie. En el ámbito del control de plagas las feromonas pueden ser intervenidas con diferentes finalidades: monitorización, captura masiva, atracción para eliminar, y limitación del apareamiento. Los diferentes experimentos llevados a cabo en este ámbito han dado resultados positivos si bien, según los ponentes, todavía deben realizarse más experimentos al respecto.   Internet de las cosas Por su parte, Josep Paradells, catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y director de la Fundación i2CAT, disertó sobre como el Internet de las Cosas (IoT) puede ayudar a prevenir y controlar las plagas. Las posibilidades que se abren con la conexión de millones de objetos a la red son muy importantes. Muchas de estas conexiones están pensadas para aportar un volumen de información básico como on/off y en este caso puede ser útil para la monitorización de farolas, por ejemplo. Pero, según Josep Paradells, “algunas conexiones pueden llegar a trabajar con volúmenes de información mayores y más complejos y además generar algun tipo de actuación”. Algunos ejemplos serían una nevera conectada que envíe un mensaje al usuario sobre la falta de un alimento o un sensor de humedad en el césped que active el riego. Siguiendo este principio, una red de sensores situados en lugares estratégicos y preparados para captar determinada presencia biológica puede llevar incorporados actuadores para matar, por ejemplo. Paradells afirmó que “la red también puede dar aviso de que se están dando las condiciones ambientales necesarias para la presencia de determinadas plagas”. Esto abre el camino a acciones de tipo preventivo. El director de la Fundación i2CAT aseguró que “en muchas ocasiones IoT está pensado para mejorar productos o servicios ya existentes y en otras puede constituir productos o servicios totalmente nuevos”. IoT guarda una estrecha relación con las tecnologías expuestas en el primer workshop y en este sentido las sinergias ofrecen una serie de posibilidades muy amplia todavía por explorar.   Nanotecnología Jordi Diaz, doctor en Química y coordinador de la unidad de caracterización de nanomateriales en los centros científicos y tecnológicos de la Universidad de Barcelona, ofreció en la segunda jornada del congreso, el 30 de mayo, una clase magistral sobre el potencial de la nanotecnología. La nanotecnología es la manipulación de la materia a escala nanométrica (un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro).  Formulada conceptualmente en los años 50 no ha sido hasta el inicio del siglo XXI cuando esta disciplina ha empezado a materializarse en proyectos y realizaciones concretos. Una de las características más importantes de la nanotecnología es su gran transversalidad ya que su ámbito de aplicación se extiende a un amplio abanico de sectores como la energía, el transporte, el medio ambiente, la alimentación. Según Díaz, “de hecho hoy existen nanomateriales prácticamente en cualquier sector industrial”. En el campo del control de plagas, la nanotecnología todavía no ha sido aplicada, pero la encapsulación de principios activos, que sí se usa en medicina para administrar pequeñas dosis de un medicamento en el interior del cuerpo, abre posibilidades para posibles encapsulaciones de biocidas que podrían ser usados en lugares muy precisos.   Cambio de paradigma en el sector Las posibilidades expuestas por los expertos a lo largo de las dos jornadas del BPCIF suscitaron un gran interés y participación por parte de los más de 130 asistentes al congreso. El público tuvo ocasión de debatir y de formular todo tipo de preguntas a los ponentes. De esta participación se constata que el sector tiene unas elevadas expectativas ante el poder transformador de las diferentes tecnologías y es consciente de que se halla ante un cambio de paradigma del negocio. Algunos aspectos, como por ejemplo cuáles serán los verdaderos costes de la adopción de nuevas aplicaciones tecnológicas, suscitaron dudas. Los ponentes respondieron a ello que, siguiendo el patrón habitual, los costes de muchas tecnologías disminuirán con su progresiva entrada en el mercado. El valor del debate en el congreso fue subrayado por Andy Architect, representante de la National Management Association, de Estados Unidos: “compartir información en el sector con encuentros como el BPCIF es muy relevantes para impulsar el cambio”.
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